¿Desde cuándo hay una fórmula para el éxito?

El camino al éxito es único, individual e intransferible.

Algo que hay que decir —aunque moleste— es que hay poco talento bien desarrollado y mucho ego mal entendido. Convertirse en un DJ profesional y competente lleva, en promedio, entre 4 y 5 años. Lo mismo que cualquier otra profesión seria. Y después, un par de años más para desarrollar un sexto sentido que te permita ser 100% efectivo.

No hay diferencia con ser médico, arquitecto o ingeniero del alma sonora.

Lo que engaña a muchos es la velocidad con la que hoy se alcanza un mínimo de técnica indispensable para mezclar competentemente. Y después de eso, como cualquiera puede mover una pista y hacer que suene algo potente, bang, se les sube a la cabeza. Creen que son el nuevo Hernán Cattáneo.

Es ahí donde aparece la trampa: creen que, por axioma, deberían consagrarse.

Pero la verdad es que recién ahí empieza la verdadera conquista del éxito.

Innovar. Tener una identidad. Sostenerte. Eso, aunque logres tocar ante un público externo, no lo logra cualquiera. Incluso entre los ya consagrados.

Así que, en vez de despotricar, entrenen sus oídos y toquen cuanto más puedan. Eso es lo máximo que se puede hacer para llegar a la cima. Y eso, señores… nunca fue para cualquiera. Solo para unos pocos. Y así será siempre, sin solución de continuidad.

Tu interior sabrá si tenés o no tenés talento. Lo demás es humo.

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